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martes, 3 de septiembre de 2013

Marruecos, un paraíso gastronómico

¡Muy buenas tardes de vuelta a la rutina!

Ya metidos en la primera semana, con los ecos de los éxitos que nos han acompañado este verano que nos han hecho reír y pasarlo tan bien, y que ahora nos motivan al sentarnos frente a las tareas con esa mezcla de nostalgia a la vez que positividad; os traigo el post de mi viaje a Marruecos. Sin duda, una experiencia que no olvidaré...
Paisajes encantadores, amabilidad inagotable en sus gentes y una realidad de la que aprender mucho comprendieron el contexto de la experiencia. Había leído mucho acerca del país y sus orígenes, pero lo mejor llegó al tomar contacto con él personalmente
Durante los días que pasé allí, visitamos ciudades preciosas donde quedé prendada de rincones detalladamente cuidados al tiempo que tímidamente abiertos por primera vez a mis ojos


Assilah...

Chef Chaouen...

Tetouan...

Aunque de manera especial, me ha cautivado su gastronomía...
Los desayunos a base de zumo de naranja, que se vendían en puestecitos a las puertas de la Medina donde podían adquirirse recién hechos por unos cuantos céntimos; eran combinados con el té con menta dulce e intenso, muy típico en cualquier bar y en las cafeterías; y con las pastas típicas, a base de sémola de trigo con un sabor suave y una textura granulosa, de venta en puestos que sólo aparecían por las mañanas y llenaban las calles con el olor del desayuno. Curioso que fuera esta comida la más económica en referencia a la española, y pudiésemos desayunar 9 personas por poco más de 2 €.
El cous cous con pollo, con verduras (en la foto) o a base de kefta, carne picada. Plato muy típico de cualquier zona de Marruecos pero con distintos matices según cada sitio donde lo probaras. El de pollo solía ser el más jugoso ya que suele estar cocinado de forma parecida a los tagines, otro de los platos típicos de su gastronomía, y que contiene muchos ingredientes dependiendo del lugar donde lo cocinen (especias como curry o comino, frutos secos, dátiles, orejones, piñones, cebolla caramelizada...)
El tagine de pollo (también de kefta) se sirve en cazuela de barro a modo de guiso, suele estar cocinado, como os decía, con el típico acompañamiento de cebolla, limón encurtido, dátiles, aceitunas, garbanzos...
He aquí el mejor que probamos, en un chiringuito de la playa de Las Cuevas en Assilah

El pescado fresco, que puede encontrarse tanto en chiringuitos y bares, como recién pescado vendiéndose al peso en cualquier calle a las afueras de la muralla. La segunda foto muestra uno de los puesto a las mismas puertas de la Medina, concretamente en la Puerta Roja de la Medina de Assilah, donde se vendía un atún entero, recién pescado, al peso. Los marroquís acostumbrán a vender lo que pescan cuidando que la policía no los descubra ya que le decomisan lo que tratan de vender. Éste ha sido el atún más fresco y más rico que he probado hasta ahora, por el que, sorprendentemente, pagamos menos de 10€ por aproximadamente 3 kilos y medio
La pastela, es una mezcla de carne con verduras (las hay de pollo o kefta, carne picada) con una fina capa de hojaldre y una ligera cobertura de azúcar glass y canela, o almendras laminadas, entre otras decoraciones. Para nuestro gusto, coincidimos en que la mejor que probamos fue ésta, de pollo, del restaurante La lampe magique en Chef Chaouen, precioso lugar con unas magníficas vistas a la Kasbah (Alcázar)
Como ya os digo, esta aventura islámica me ha marcado en muchos aspectos y ha despertado en mí una pasión por la gastronomía marroquí, colocándola entre mis comidas favoritas del mundo; me ha aportado muchísimo culinaria y culturalmente, pero sobretodo, me ha enriquecido con buenos amigos, las cosas de la convivencia en países extranjeros con gente estupenda...

Espero que os haya gustado esta entrada tanto como a mí el viaje, y mi recomendación, conoced Marruecos, está cerca, es económico y todo lo que encontréis allí es digno de ser descubierto...

Besos,

Noemí Ojeda



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